miércoles, 22 de abril de 2009

EL SAPO HUALO Y EL ALACRAN

Hubo una vez un sapo Hualo que estaba en la orilla de una extensa quebrada, recostado sobre una rama cerca a la orilla, muy cerca al agua, observando las hojas de los arboles, tratando de ver el cielo, contemplando la hermosura de la naturaleza; un Alacrán lo observaba de atrás de unos arbustos, tratando de hacerse amigo del sapo Hualo, botando la vergüenza, poniendo su mejor rostro de amistad, se acercó al sapo Hualo y le dijo:-¿me ayudarías a cruzar al otro lado de la quebrada? Por favor. Yo me subo en ti y tu nadas hasta el otro lado.


-No, no puedo hacerlo, si tu te pones sobre mi, puedes picarme y yo de seguro que moriría al instante.


-Piénsalo, si yo te pico, en medio de la quebrada tu morirás, pero también yo moriré, por que si tu te hundes yo me hundo también y moriré junto contigo, solo quiero ir al otro lado, ¿me ayudarás?Al sapo Hualo, esas palabras no le sonaban sinceras, en su pequeño cerebro, en un micro segundo analizo la propuesta, pero pudo mas el deseo de servir al prójimo. Después de meditarlo por unos segundos el sapo Hualo accedió; -Está bien, yo te ayudaré, te llevaré al otro lado de la quebrada y luego tu seguirás tu camino solo, te dejo a la otra orilla y yo me regreso a seguir disfrutando del tiempo, de la vida, del viento fresco, de mi vida.

-Estoy de acuerdo contigo, será el primer favor que te pida, te estaré agradecido por el resto de mi existencia.

El Alacrán de un salto subió en el lomo del sapo Hualo, y con mucho esfuerzo nadó el servicial sapo, ya mientras iba a mitad de la quebrada, sintió un picotazo en su cabeza, se asusto e inmediatamente se detuvo y le preguntó al Alacrán:-¿por qué me picaste? Ahora, definitivamente aquí moriremos los dos.


-Discúlpame, discúlpame amigo sapo, no quise hacerlo- decía el asustado Alacrán - pero no pude evitarlo, esa es mi naturaleza, no puedo controlarlo.

Poco a poco, el pobre sapo Hualo comenzó a perder fuerzas y empezó a hundirse en media quebrada, y el Alacrán junto a el; los dos se fueron al fondo la quebrada para siempre.




Existen muchas personas quienes nunca podrán cambiar, por mas esfuerzos que hagan, siempre serán los mismos dominados de sus actos.

1 comentario:

  1. veamos si le cambiamos el final y a la vez la moraleja....el sapo nadó y nadó, el alacrán se portó bien porque consideraba al sapo su amigo, ambos llegaron a la otra orilla y luego el sapo regresó contento a su lugar y fueron amigos siempre.
    moraleja: por muy cruel o despreciable que uno pueda ser, siempre hay alguien a quien apreciamos y por más que nuestra naturaleza nos pida actuar de lo peor sabremos cómo evitar hacer daño.

    ResponderEliminar