jueves, 12 de marzo de 2009

AUNTO CONDENA ABSUELTA


Hace un buen tiempo, sin razón alguna terminé peleando con mis amigos, con mi familia, conmigo mismo, con Dios y hasta con mi computador.


Me aislé de todas las cosas que me hacían feliz, simple y sencillamente por un capricho, no se si justificable o no. La cosa es, que trate de buscar mi destino encerrándome entre las cuatro paredes de mi solitario cuarto, sin salir, sin ver la luz del día, ni las estrellas caprichosas de la noche; solo viendo resignando el resplandor de una lámpara en la esquina de mi habitación; solo ella, mis libros releídos, algunos de mis juguetes de mi niñez y mis papeles compañeros leales míos, y yo.



Todos los días abría la puerta de mi cuarto únicamente para recibir las comidas del día, a pesar de todo, mis hermanos se compadecían de mi, pero yo no de ellos. Los primeros cuatro días de mi auto reclusión, no recibía nada lo que me podía alimentar, ni siquiera agua, porque había iniciado una huelga de hambre y de todo, para poder ser escuchado.


A veces me veo, y me doy miedo, me criaron mal, y lo se, me doy cuenta ahora, no se si es aun tarde para cambiar, ya tengo veinte años y me sigo comportando como un niño de siete que si no le dan el juguete de moda que pide, hace berrinches para conseguirlo.



Desde muy pequeño, en toda mi vida, me llamo mucho la atención, me invadió las ganas humanas de ser psiquiatra, ayudar a los demás a sentirse bien, sabiendo que nos valemos por lo que somos, no por lo que tenemos, que un ser humano no solo es un dolor de cabeza, detrás de ese dolor también existe dolor del alma. Necesito hacer eso para sentirme bien, porque en cierta forma yo también me estaría ayudando.



Pero en casa, no entendían eso, y tenía que estudiar derecho, debía de ser un abogado; así que obedeciendo las órdenes familiares – muy mal – me puse a estudiar derecho. Cuando entré al segundo nivel, conseguí una pequeña chambita como ayudante – de nada – a un amigo de mi mami, que es abogado, me pagaba bien, con el dinero que me daba me sentía a veces un todo poderoso, los primeros meses de mi sueldo, los malgaste, hasta que en una noche, sentado en la barra de la disco anubis, tomándome un vaso con cerveza, recapacite, y me dije: “con el siguiente sueldo, me pagare solo mis estudios y me pondré a estudiar psicología en la yupi”


Y axial fue. Al mes siguiente postule a la yupi y el cinco de enero de este año inició mis dichosas y esperadas clases de psicología. Sin problema estudié solo dos meses, cuando mis padres se enteraron que ya no iba a la unap y que salí jalado la mitad del semestre.


Pues ese día me enfrente a ellos y les plantie mis metas, fui muy claro, pero no entendieron, desde ese día, me encerré en mi cuarto y no regrese a la unap, ni a la yupi, ni al trabajo. En solo un momento perdí muchas cosas. De las cuales no me arrepiento, porque hoy, uno de mis hermanos topo la puerta del cuarto y antes de ir a su trabajo hablo conmigo, y me dijo que sí, me van a apoyar en todo, y como ya perdí un mes de clases en la yupi y dos meses de clases en la unap, lo mejor seria que no regrese a ninguno de las dos, y que en abril me ponga a estudiar en la cepre para cubrir una vacante en MEDICINA.


Mostro, me convencieron y los convencí, mi mala lucha dio resultados. Y hoy después de muchos días de encierro, volví a ver la luz y lo primero que hice es correr a mi computador y revisar mi olvidado blogg, para contar esto y me encuentro con una muy buena noticia. El estiradito de Paco Bardales regreso…..! Esta nuevamente con nosotros.


Ahora son dos buenas razones para salir hoy y festejar.